HISTORIA DE UN SECUESTRO (IV)

El final de la historia.

Una vez expuesta esta realidad por parte del misionero Luis Pérez a través del power point, dejó pasar unas imágenes que parecían de un secuestro, lo cual me dejó inquieto. Así que en la cena en mi casa le pregunté a Luis qué le sucedió en Sierra Leona y satisfizo mi inquietud.

Resulta que una de las estrategias que tenían los guerrilleros para tomar notoriedad internacional era la de secuestrar misioneros extranjeros de raza blanca. Así que el día de Reyes de 1999, irrumpieron en la misión un grupo de rebeldes armados y asaltaron todo durante una semana. Pasada la semana y viéndose sitiados por los militares, los guerrilleros optaron por secuestrar a los 11 misioneros y el arzobispo, en total 6 mujeres y 6 hombres.

Fue aquí cuando empezó la auténtica odisea en la que nuestro misionero daba por hecho que iba a morir. En el pelotón que vino a secuestrarles había armados algunos de los niños de la misión.

Todos los días (en total siete) eran bombardeados intensamente por el ejército y tenían que trasladarse constantemente. Durante el camino caían bombas y se veían cuerpos volando.

Pero un día que el ejército lanzó un ataque más mortífero, subieron tan deprisa a los camiones que se olvidaron de seis secuestrados (los hombres), entre ellos nuestro amigo Luis.

En los siguientes tres días fueron perseguidos. El primer día lo pasaron escondidos en un cuarto de baño, el segundo debajo de una cama de matrimonio y el último día, vieron militares y se acercaron a ellos… ¡Eran los guerrilleros! Salieron corriendo mientras eran disparados hasta que por fin fueron rescatados. Uno de ellos fue alcanzado por una bala. De las 6 mujeres, 4 fueron asesinadas.

Y esto es todo lo que sé.

Foto reciente de niños en la misión. Autor: Luis Pérez.

Siempre nos quedarán los niños.